Esto solo me pasa a mi

OSO NO. 1.- En el supermercado, el jueves pasado haciendo compras, me dió calor y me quité mi chaqueta de mezclilla anudándomela en mi ... digámosle cinturita de gallina. Estaba inclinada escogiendo una fruta cuando de pronto siento que me jalan por detrás la chaqueta hasta tirarla al piso. Pensando que era mi amiga Engel Dafnè con la que normalmente hago mis compras y luego nos vamos a tomar el café, volteé atacada de risa y me sorprendí al ver a una anciana muy enojada a la que nunca había visto en mi vida. Me dijo hasta de lo que me iba morir, eso sí muy educadamente pero furiosa, entre otras perlas decía: "no deberían de dejarte salir a la calle con eso colgando", "eso solo lo hacen las personas más vulgares de éste mundo", "deben prohibir la entrada a éstos lugares a personas como tú". Después del shock inicial, solté una carcajada (tal vez de nervios), levanté mi chaqueta del suelo y me la volví a poner donde estaba. Me fuí haciendo como que la virgen me hablaba, aunque por supuesto la mirada del supermercado entero estaba puesta en mí. Qué oso!!!

OSO NO. 2.- En una tienda departamental de la que soy fan, una vez ví a un empleado cargado con unos rackets repletos de ropa entrar al elevador en el yo venía subiendo, oprimió el botón del piso al que iba al mismo tiempo que el de cerrar puertas (>> <<) y no los soltó hasta llegar ahí. Llegamos directo a ese piso, no se paró en ningún otro aún cuando el que yo había oprimdo con anterioridad estaba antes del suyo. Buena idea, me dije, y todo bonito. Ayer estaba yo en el último piso de esa misma tienda y se me había hecho un poco tarde para ir por Zara al kinder, cuando entré al elevador me acordé del truco aquel y ni tarda ni perezosa hice lo mismo hasta llegar al piso más bajo que es el estacionamiento. A los pocos segundos, por un altavoz interno, escuché una voz celestial que me dijo "Señora, esa clave solo puede ser utilizada por los empleados de la tienda, por favor no vuelva a hacerlo pues hay más gente esperando para utilizar el elevador". Sopas!, bien dicen que Diosito está en todas partes. Que osote!!!

OSO NO. 3.- Una amiga muy querida me pide que la invite a cenar a mi casa a ella y a su familia en la noche de Año Nuevo porque no tiene donde pasar semejante fecha y yo, más que emocionada, acepto ipso facto porque pienso que sería muy buena idea para que de paso conozca a la adorable Inge y sus enanos que estaban de visita en Suiza. Un día antes me llama por teléfono y me dice que no podrá asistir porque tiene que viajar a la casa de campo de sus suegros porque le van a dar mantenimiento a la calefacción precisamente el 31 de diciembre (WTF!), hago como que le creo y acepto su disculpa. La noche del 31 de diciembre por mera coincidencia, al pasar por casa de otra de sus mejores amigas después de hacer las últimas compras para la cena, veo su coche estacionado afuera y una animada fiestecilla dentro. Lo peor aún es que ahora está molesta conmigo porque me di cuenta de ello. Pena ajena!!!

Creo que no empecé el año de la mejor manera, pero como decía mi abuela "todo tiene remedio, menos la muerte", así que a tomarlo con mucho humor y a seguirle dando patadas a la vida porque solo hay una!

Au revoir!