El martes pasado por la tarde me llamó mi amigo Luis Miguel (el cura que ahora en encuentra en Berna), después de ponernos al corriente de nuestras respectivas novedades me preguntó si yo sabía algo de dos mexicanas con una bebé de dos años que habían venido a pasar unas vacaciones invitadas por otra mexicana que vive por mis rumbos, de la cuál no se sabía ni el nombre. Le contesté que no y luego me contó una historia sobre éstas personas que bien podría ser parte del argumento de un churro cinematográfico. Resulta que las susodichas, una jovencita de 16 años y una señora de alrededor de 40 de nombre G.P. y supuesta madre de la beba, se presentaron el día anterior (lunes) en un estado de nervios total ante la secretaria de la Misión Católica Española a la que él pertenecía antes de su cambio a Berna. Dijeron encontrarse desesperadas debido a que la persona que las hospedaba las había corrido de su casa a los dos días de haber llegado, que no conocían a nadie por acá, que su boleto de regreso lo tenían para el próximo mes de Enero y que no tenían dinero, ni a dónde ir.
La buena, pero inteligente mujer, optó por la solución más sencilla y llamó al centro de acogida para señoras maltratadas con la intención de encontrarles asilo en ese lugar, mientras encontraban una solución a su problema. En la dependencia se negaron puesto que solo albergan a víctimas de la violencia. La jovencita lloraba desconsoladamente y sin pausa, por lo que la secreatria recurrió telefónicamente a Luismi, recordando la infinidad de mexicanas que él conoce, éste no puedo hacer mucho al no tener el nombre de la persona que las había corrido y le sugirió que hablaran a la policía para que por éste medio se contactara con migración que es la dependencia a la que corresponden éste tipo de problemas. Cuando la secretaria le mencionó a G.P. la sugerencia del cura sobre llamar a la policía, inmediatemente se negó y salió despavorida con las dos menores. No regresaron más. Después de comentar nuestros puntos de vista, dimos carpetazo al asunto.
Hasta ahí, no pasó de ser una historia ajena con la que yo no tenía nada que ver y de la que ni siquiera conocía a sus protagonistas ... hasta éste fin de semana. El domingo una de mis amigas mexicanas había organizado una vendimia a la salida de la misa en español para recolectar dinero con el fin de ayudar a los damnificados de Tabasco y Chiapas a la que me fué imposible asistir. Ese mismo día por la tarde, llevé a la pequeña Zara a una fiesta de cumpleaños en casa de una amiga peruana, allí me encontré precisamente con la organizadora de ese evento altruista quien además de comentarme el éxito de la recaudación, me platicó muy indignada la situación de una mujer con dos menores que se habían presentado al final de la misa para pedir ayuda: exactamente la misma historia que me habían contado unos días antes. Las únicas diferencias en su relato fueron que que otra de nuestras amigas mexicanas se la había llevado para su casa en calidad de asilada y que ahora si había mencionado el nombre de 'la malévola mujer que sin ningún escrúpulo las había echado a la calle'. Me quedé muda cuando me dijeron su nombre porque yo la conozco, y la conozco muy bien desde hace tres años pues es la maestra de Zara del kinder y lo fué de Christof también.
Esta mujer, la maestra de mis hijos, es mexicana de nacimiento pero ha vivido casi toda su vida en Europa, primero en España y luego en Suiza después de casarse hace muchos años con un ciudadano helvético. No la conozco muy a fondo, ni somos grandes amigas, pero la verdad es que se vé que es buena persona y su trato con los niños se podria decir que es excepcional así como su capacidad profesional, así se los comenté a mis paisanas cuando la estaban prácticamente crucificando con sus comentarios. Es por eso que me costaba mucho trabajo creer lo que me estaban diciendo. Llegué muy consternada a mi casa después de la fiesta, ni siquiera había terminado de platicarle a mi maridis cuando recibí la llamada de otra mexicana con la tengo muy poco contacto, me comentó de nuevo el incidente en la iglesia y me dijo haberse enterado de mi relación con la maestra. Me pidió de favor que hablara con ella para preguntarle si todo lo que había dicho la mujer era verdad, las demás paisanas estaban muy preocupadas pensando que no sabían nada de la recién llegada y querían saber si era gente de fiar. No me quise meter en problemas y me ofrecí a darle el número de la maestra, pero me pidió de favor que fuera yo quien llamara porque ellas no se conocían de nada.
Lo pensé mucho antes de marcar, me parecía estar entrando en un terreno que no me correspondía y que tal vez mi intervención pudiera ser malinterpretada. Mi marido me aconsejó hablar, al final era yo el único vínculo entre la maestra y la mujer abandonada, tal vez en algo yo pudiera ayudar a esclarecer todo éste enredo. La llamé, me disculpé de mil formas antes de comentarle el motivo y lo que ella me dijo, lejos de aclarar algo, hizo que todo lo anterior pareciera juego de niños. La cosa era mucho más grave, esa llamada fué como abrir la Caja de Pandora.
continuará...
La buena, pero inteligente mujer, optó por la solución más sencilla y llamó al centro de acogida para señoras maltratadas con la intención de encontrarles asilo en ese lugar, mientras encontraban una solución a su problema. En la dependencia se negaron puesto que solo albergan a víctimas de la violencia. La jovencita lloraba desconsoladamente y sin pausa, por lo que la secreatria recurrió telefónicamente a Luismi, recordando la infinidad de mexicanas que él conoce, éste no puedo hacer mucho al no tener el nombre de la persona que las había corrido y le sugirió que hablaran a la policía para que por éste medio se contactara con migración que es la dependencia a la que corresponden éste tipo de problemas. Cuando la secretaria le mencionó a G.P. la sugerencia del cura sobre llamar a la policía, inmediatemente se negó y salió despavorida con las dos menores. No regresaron más. Después de comentar nuestros puntos de vista, dimos carpetazo al asunto.
Hasta ahí, no pasó de ser una historia ajena con la que yo no tenía nada que ver y de la que ni siquiera conocía a sus protagonistas ... hasta éste fin de semana. El domingo una de mis amigas mexicanas había organizado una vendimia a la salida de la misa en español para recolectar dinero con el fin de ayudar a los damnificados de Tabasco y Chiapas a la que me fué imposible asistir. Ese mismo día por la tarde, llevé a la pequeña Zara a una fiesta de cumpleaños en casa de una amiga peruana, allí me encontré precisamente con la organizadora de ese evento altruista quien además de comentarme el éxito de la recaudación, me platicó muy indignada la situación de una mujer con dos menores que se habían presentado al final de la misa para pedir ayuda: exactamente la misma historia que me habían contado unos días antes. Las únicas diferencias en su relato fueron que que otra de nuestras amigas mexicanas se la había llevado para su casa en calidad de asilada y que ahora si había mencionado el nombre de 'la malévola mujer que sin ningún escrúpulo las había echado a la calle'. Me quedé muda cuando me dijeron su nombre porque yo la conozco, y la conozco muy bien desde hace tres años pues es la maestra de Zara del kinder y lo fué de Christof también.
Esta mujer, la maestra de mis hijos, es mexicana de nacimiento pero ha vivido casi toda su vida en Europa, primero en España y luego en Suiza después de casarse hace muchos años con un ciudadano helvético. No la conozco muy a fondo, ni somos grandes amigas, pero la verdad es que se vé que es buena persona y su trato con los niños se podria decir que es excepcional así como su capacidad profesional, así se los comenté a mis paisanas cuando la estaban prácticamente crucificando con sus comentarios. Es por eso que me costaba mucho trabajo creer lo que me estaban diciendo. Llegué muy consternada a mi casa después de la fiesta, ni siquiera había terminado de platicarle a mi maridis cuando recibí la llamada de otra mexicana con la tengo muy poco contacto, me comentó de nuevo el incidente en la iglesia y me dijo haberse enterado de mi relación con la maestra. Me pidió de favor que hablara con ella para preguntarle si todo lo que había dicho la mujer era verdad, las demás paisanas estaban muy preocupadas pensando que no sabían nada de la recién llegada y querían saber si era gente de fiar. No me quise meter en problemas y me ofrecí a darle el número de la maestra, pero me pidió de favor que fuera yo quien llamara porque ellas no se conocían de nada.
Lo pensé mucho antes de marcar, me parecía estar entrando en un terreno que no me correspondía y que tal vez mi intervención pudiera ser malinterpretada. Mi marido me aconsejó hablar, al final era yo el único vínculo entre la maestra y la mujer abandonada, tal vez en algo yo pudiera ayudar a esclarecer todo éste enredo. La llamé, me disculpé de mil formas antes de comentarle el motivo y lo que ella me dijo, lejos de aclarar algo, hizo que todo lo anterior pareciera juego de niños. La cosa era mucho más grave, esa llamada fué como abrir la Caja de Pandora.
continuará...
Hola Keru!! que rico platicas aqui me tienes toda enganchada con la historia, que continue!! :D, saluditos y que estes muy bien
ResponderBorrarNo seas asi! Me dejas en ascuas! No tardes en poner el desenlace, por fa!
ResponderBorrarSaludos
Ay que nervios!! pero es como bien dicen, una historia siempre tiene más de una versión, habrá que ver que pasó, me extrañó mucho cuando mencionaste a la maestra, pues hace unos días me comentabas algo de ella y Zara y no me pareció ese tipo de persona, muy raro, veamos que te dijo ella.
ResponderBorrarBesos Keru, aqui andamos :)
Nancy
Cuentanos que paso, me dejaste con mucha curiosidad!
ResponderBorrarSaludos
Orale keru!!!, que historia, que nervios, y que horror quedarse asi en ascuas!,bueno esperamos el final,abrazos!!!
ResponderBorrarAy! que curiosidad!
ResponderBorrarEstamos en espera de la continuación!
Saludos
aaaaa noooooo a mi me cuentas cómo sigue! jajjaa esto qué es?! una producción de Ernesto Alonso?, Candy-Candy? jajaja :D
ResponderBorrarTermina la historiaaaa
NOOOOOOOOO !!que mal ya me dejaste todo picadoooooo ..solo espero que termines el relato...
ResponderBorrarSaludotes...
NADAMAS VI EL FINAL QUE DECIA CONTINUARA Y YA NO LO LEI....NO ME GUSTA QUE ME DEJEN PICADO....NI A MEDIAS.....ES "TODO O NADA"
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