octubre 31, 2006

Gracias Leo

Hace unos 10 años, y por cuestiones de trabajo, conocí a un muchacho de nombre Leo. Era una persona muy madura para su edad, algunos años menor que yo, pero con un sentido del humor inigualable. Siempre he pensado que los eventos dolorosos que marcan nuestra niñez, nos hacen dar un paso gigantesco en la maduración cognitiva, y Leo no fué la excepción ya que su madre murió siendo todavía muy niño e hijo único.

Nuestra amistad empezó siendo exclusivamente de trabajo a través del teléfono, pero nuestras llamadas se fueron haciendo cada vez más prolongadas y personales. No era de extrañarse pues su amabilidad y cortesía siempre estaban a flor de piel, haciéndolo un hombre muy interesante. Fanático de los Beatles, de la Pepsi Max y de las reuniones de chateros del extinto WBS Mexican Chat, Leo era una persona difícil de olvidar. Padeció toda su vida de Diabetes y de Psoriasis.

De él aprendí infinidad de cosas, entre ellas a hablar y corrigir mi inglés del que hasta entonces yo sólo me había limitado a leer y escribir; fué de él también de quien aprendí a navegar por primera vez por internet, quien me instaló mi primer programa de chat y tal vez también tenga que agradecerle el haber conocido al que ahora es mi marido.

Después de algunos meses comenzamos una relación sentimental, pero sus constantes cambios temperamentales y el no sentirme completamente enamorada de él -tal vez también pasó igual de su parte- hicieron que terminarámos con el intento amoroso. Un tiempo después de digerir esta situación retomamos nuestra amistad, que se volvió más fuerte que nunca. Se portó genial cuando mi, en aquel entonces, novio fué a visitarme a Monterrey ayudándome todavía más a comunicarme en inglés, también le enseñó a mi marido toda una lista de palabrotas en español "para que no te hagan güey con la feria, compadre" le decía. Ya para entonces tenía una novia, muy jovencita por cierto, quien organizó mi primera despedida de soltera en la víspera de mi boda. Lamentablemente ellos no pudieron asistir debido a una más de sus crisis diabéticas.

Nuestra comunicación fué muy fluída en mis primeros años en Suiza, pero fué apagándose lentamente con el paso del tiempo, hasta extinguirse por completo. El año pasado en Agosto, durante el funeral de mi padre, el ex-jefe de Leo fué a dar las condolencias a mi familia y fué allí que me enteré que mi querido amigo había fallecido dos semanas antes. Hoy, no sé por qué razón me acordé mucho él. Será por el clima frío y nublado que contribuye siempre a la nostalgia. Pero al igual que a todas aquellas personas que han dejado huella en mi vida y que ya no están conmigo, lo recuerdo con muchísimo cariño. Te quiero Leoncio, donquiera que estés


2 comentarios:

  1. Anónimo6:25 p.m.

    Hola Doña Kerubina:

    En esta aventura llama vida, en el caminar diario nos topamos a muchas personas, unos pasan y otros, digamos que, siguen muy cerca de nosotros, interactuando y relacionándonos. Estos serian digamos que nuestros familiares y amigos.
    Con el paso de tiempo "coincidimos" con personas que de alguna manera "marcan" nuestra vida. En ocasiones ellos toman otro camino y no los vemos mas.... solo quedan los recuerdos... y después…. ni los recuerdos...
    Creo que los que tienen la oportunidad como tu de publicar cuestiones muy personales, como estos recuerdos, le vuelven a dar “vida” a esos recuerdos y quizás logren que nunca se olviden….

    Saludos! FelixRegio.

    PD. Hijole, que bonita canción pusiste.

    ResponderBorrar
  2. Me gustaría que alguna de mis amistades me recordara como tu lo has hecho, creo que has elevado su alma un poco más cerca del cielo con este recuerdo tan emotivo.

    Lo dije antes cuando tus palabras fueron dirgidas hacia mi fdamilia, y lo digo ahora: Eres una buena mujer.


    Saludos

    ResponderBorrar